Estos abuelos vocheros transmitieron la pasión VW a sus nietos

Comenzamos esta historia de abuelos vocheros con Eric Shoemaker, quien recuerda que no tenía ningún interés real en los automóviles. Como diseñador y empresario, se interesó principalmente en pasatiempos como la carpintería, la restauración de muebles y la fotografía.

Hoy, sin embargo, junto con su esposa Amanda no solo tiene un negocio e restauración de motores Volkswagen refrigerados por aire, sino que su sitio web (1967beetle.com) es una página de referencia para consejos técnicos, anuncios clasificados e historias de Volkswagen de todo el mundo.

Y lo que él atribuye como catalizador de su nueva pasión es un vocho 1967 que conducía su abuelo y que casi termina en la trituradora.

Abuelo vocheros que heredaron la pasión por el Volkswagen Sedan

El abuelo de Eric, Frank R. Shoemaker Sr., tenía 54 años cuando compró el vocho como auto familiar, nuevo, de agencia.

Como alguien que vivió la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial, Frank compró el automóvil en diciembre de 1966 porque era económico y confiable, un coche que podía llevarlo al trabajo y de regreso. Para el joven Eric, sin embargo, el Volkswagen Sedan era más que un automóvil: era un vehículo, literalmente, para unir a la familia.

“Tengo muchos buenos recuerdos relacionados con nuestro Volkswagen Sedan 67 y la familia, ese ‘olor a Volkswagen’ y la cadencia de un motor enfriado por aire”, comenta Eric, quien vive con Amanda y sus gemelos de siete años en Decatur. Georgia, Estados Unidos. “Es un auto especial para mí por razones obvias: la nostalgia de la historia familiar y la conexión con mis abuelos”.

Abuelos vocheros y viajeros

Para abuelos como Margo Huizing y su esposo Tony, su Volkswagen Vanagon Westfalia es una herramienta que utilizan para crear recuerdos duraderos con sus seis nietos.

Después de jubilarse hace 10 años, la pareja ha pasado su tiempo entre vivir en un velero en la costa de Baja California y vivir en su Volkswagen Vanagon Westfalia de 1982 durante ocho meses al año.

Desde el año 2000, los Huizing han viajado a 49 de los 50 estados de la Unión Americana en su camioneta (A Hawái no han llegado porque no pueden llegar en automóvil) y han creado una forma especial de conectarse con sus nietos desde lejos.

“Nuestros nietos han crecido con nuestro estilo de vida, y cuando estamos en la carretera hago mapas para que puedan seguirnos cuando viajamos y colorear todos los lugares en los que hemos estado”, dijo Margo.

“Me aseguro de enviarles fotos y les llevamos a casa cosas que no son recuerdos tradicionales, como el polvo de un volcán de Alaska, para que puedan aprender sobre nuestras aventuras y podamos enseñarles a seguir sus sueños”.